INTELIGENCIA EMOCIONAL (EMPRESARIAL) SISTEMA GLOBAL

Nos hallamos en un punto de inflexión donde todos los seres humanos, tendremos que hacernos cargo del impacto global que las organizaciones producen en el medio ambiente. Hoy en día, estamos empezando a admitir que nuestra actividad pone en peligro los sistemas humanos y naturales. Lo que más requiere hoy en día son personas al cargo, que visualicen la importancia a largo plazo que acompaña a la comprensión de los sistemas.

Existen grupos de reflexión independientes, así como grupos empresariales o gubernamentales, que reflexionan profundamente sobe posibles escenarios futuros. Consideremos, en este sentido los siguientes puntos:

• El impacto ecológico de la actividad humana provocará escasez de recursos, como suelo cultivable.

• La demanda económica de energía, agua y alimento, desbordará fácilmente las fuentes disponibles. La escasez de agua se cierne en este sentido, como una peligrosa amenaza.

• Estas tendencias provocarán convulsiones y alteraciones en nuestras vidas, economías y sistemas políticos.

Reinventar los negocios teniendo en cuenta un futuro distante, supondría encontrar valores que compartan y sustenten todos los interesados, desde los accionistas, empleados y consumidores, hasta las comunidades en que opera la empresa y las generaciones venideras.

La persona que aspire a articular con eficacia esos valores compartidos, debe empezar mirando en su interior y descubrir una visión inspiradora con la que se pueda comprometerse sinceramente. No es difícil ver que la alternativa a esto, consiste en esas afirmaciones sustentadas por muchos ejecutivos, pero desmentidas por las acciones de su empresa.

Cuando los márgenes temporales son demasiado estrechos, hasta los más grandes empresarios, pueden compartir determinados puntos ciegos. Para ser realmente grandes, los empresarios deben expandir su limitado foco de atención hasta abarcar un horizonte mucho mayor, que va más allá de las décadas.

Si consideramos la empresa como poco más que una máquina de hacer dinero, estaremos ignorando la red de conexiones establecida por los trabajadores y comunidades en la que opera, a sus clientes y consumidores, y a la sociedad en general. Por eso, los empresarios con una visión más amplia, también tienen en cuenta este tipo de relaciones.

Aún nadie niega la importancia de ganar dinero, los empresarios que poseen esta amplitud de miras, prestan también atención al modo en que se obtienen sus beneficios, y toman en consecuencia decisiones de manera diferente. Sus decisiones se atienen a una lógica que va más allá del estricto marco de la economía, y no se limita al simple cálculo de pérdidas y ganancias. Estos empresarios saben equilibrar los beneficios económicos con el interés general.

Una buena decisión, desde esta perspectiva, no debe limitarse a tener en cuenta las necesidades de una amplia diversidad de personas, incluidas el de las generaciones venideras. Estos empresarios son inspiradores y buscan un gran propósito compartido que infunde sentido y coherencia al trabajo de todo el mundo, y hace que las personas se impliquen emocionalmente compartiendo valores, lo que les lleva a sentirse a gusto con lo que hacen, estar motivadas y seguir en la brecha a pesar de los obstáculos. La combinación entre la atención a las necesidades individuales y las necesidades sociales, puede por sí sola, alentar la innovación.

Estos proyectos, crean climas organizativos en los que el trabajo asume un significado nuevo y apasionante. El trabajo de los equipos se desarrollará en una buena obra, haciendo que la gente se sienta comprometida y busque la excelencia en su trabajo, encontrando sentido en lo que hacen. Los líderes de cada equipo, se moverán dentro del marco de referencia de un sistema que sólo beneficia al grupo, ejecutando una misión controlada y operando dentro de un solo nivel de complejidad.

En conclusión, se necesitan empresarios que tengan en cuenta sistemas diferentes, como el geopolítico, el económico y el medioambiental entre otros.